Los
seres humanos buscamos la comodidad, preferimos lo conocido a lo desconocido.
Podemos encontrarnos con alguna situación insatisfactoria, con algo que no es
aceptable para nosotros, y, sin embargo, no hacemos nada por cambiarlo.
Nos
quejamos, nos lamentamos y no hacemos nada por cambiar.
Buscamos excusas en
nosotros mismos, en los demás o en las circunstancias y nos quedamos quietos.
Pasa el tiempo y seguimos en el mismo lugar.
Cambiar
significa un riesgo, Incluso las situaciones más duras y difíciles tienen un
grado de comodidad. Nos han enseñado desde pequeños que debemos evitar los
riesgos. Ese miedo al riesgo es el que nos mantiene estáticos. Tenemos miedo al riesgo y
al fracaso, al error y a la equivocación.
Sin
embargo, si te fijas, todos los avances que has realizado en tu vida, todos los
progresos, han sido el resultado de haber cambiado la comodidad de lo conocido
por el riesgo de lo desconocido.
Has cambiado los resultados
erróneos por nuevos cambios y riesgos, hasta que has llegado al lugar que
buscabas. A esto se le llama flexibilidad, la capacidad para introducir nuevos
cambios hasta que encontramos la ruta adecuada.
Lo
has hecho de forma automática, espontánea, sin pensarlo demasiado. Imagínate lo
que puede ser si lo haces como resultado de una planificación. Y si te
equivocas, no pasa nada, siempre puedes rectificar.
Deberías
tener más miedo a quedarte donde estás, porque ahí ya está garantizada tu
infelicidad.
Si la respuesta a la siguiente pregunta no es afirmativa, entonces
es hora de hacer un cambio: ¿Si tomo este riesgo, aunque todo no
salga como esperaba, estaré peor que donde estoy ahora? La respuesta a esta
interrogante te dejará saber que es más peligroso permanecer en lo rutinario
que entrar en territorio desconocido.
El
secreto para dar un paso a lo desconocido es reemplazar tu miedo con lo
opuesto, que viene siendo exactamente la fe.
Miedo significa anticipar y esperar
lo malo, mientras que fe significa anticipar y esperar lo bueno. Hoy en día los
leones que no querían bajarse de las jaulas viven como "Reyes de la
Selva" en África.
Por eso, no tengas miedo a tomar un riesgo porque
al igual que ellos quizás te darás cuenta que en el territorio desconocido
encontrarás tu identidad.
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